Presta atención a ese dolor de espalda o a la fatiga que no te deja en paz a la hora de subir las escaleras. Tu salud y tu vida están en juego. Los infartos siguen siendo la primera causa de muerte en España y también en el resto del mundo. Cada día fallecen alrededor de 100 personas de un ataque cardíaco en nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFyC), algo que los expertos atribuyen, entre otras razones, al aumento de los niveles de contaminación en las grandes ciudades, la obesidad o el sedentarismo.
No es lo mismo un infarto que un ataque cardíaco. Mientras que el primero es un problema de “circulación”, el segundo es “eléctrico”. Un infarto ocurre cuando se obstruye el flujo de sangre a una parte del corazón, por ejemplo, una arteria bloqueada. El paro cardíaco tiene que ver con los circuitos nerviosos del corazón: los ritmos sutiles de los latidos se descompensan y el órgano deja de bombear de manera eficiente, según la ‘American Heart Association’ (AHA).
Dolor de pecho
El signo más clásico y claro. Si sientes incomodidad o estrechez, como si un elefante estuviera pisando en tu parte torácica, puedes estar al borde de tener un infarto. También llamada angina de pecho, el dolor se acumula y crece cuando no circula suficiente oxígeno por la sangre y llega al músculo cardíaco.